El amor es un sentimiento universal que ha inspirado a todas las culturas y épocas. Los mayas, una de las civilizaciones más avanzadas de la antigüedad, también tenían sus propias formas de expresar y vivir el amor, tanto en el plano divino como en el humano. En este artículo te contamos algunos aspectos interesantes sobre el amor entre los mayas, basándonos en sus mitos, ritos y costumbres.
Los mitos del amor maya
Los mayas creían en varios dioses y diosas que representaban diferentes aspectos de la naturaleza y la vida. Entre ellos, había algunas parejas divinas que simbolizaban el amor y la fertilidad. Por ejemplo, Ixchel e Itzamná, la diosa de la luna y el dios del sol, que según una leyenda se enamoraron cuando eran mortales y tuvieron que superar varias pruebas para estar juntos. O Xquic y Hunahpú, la doncella de la sangre y el héroe gemelo, que se conocieron en el inframundo y engendraron al dios del maíz, el alimento sagrado de los mayas.
Los mayas también tenían leyendas de amor trágico, como la de Xtabay y Utz-Colel, dos hermanas de carácter opuesto que competían por el amor de los hombres. Xtabay era una mujer bella y bondadosa, que ayudaba a los pobres y enfermos, mientras que Utz-Colel era una mujer orgullosa y cruel, que despreciaba a los demás. Cuando Xtabay murió, su tumba se cubrió de flores fragantes, y su espíritu se convirtió en una ninfa que seducía a los hombres y los llevaba a la felicidad. Cuando Utz-Colel murió, su tumba se llenó de espinas, y su espíritu se transformó en una bruja que engañaba a los hombres y los conducía a la muerte.
Otra historia de amor maya es la de Sac-Nicté y Canek, dos jóvenes de reinos rivales que se enamoraron y tuvieron que huir para escapar de la ira de sus padres. Su destino fue trágico, pues fueron perseguidos y asesinados por los guerreros de ambos bandos. Sin embargo, su amor fue tan fuerte que sus almas se unieron en el cielo y formaron una nueva estrella, que los mayas llamaron Zuhuy Kak, la estrella del fuego.
Los ritos del amor maya
El amor entre los mayas no solo se manifestaba en el plano mítico, sino también en el social. El matrimonio era una institución importante, que presidía la transmisión de la vida y el orden de la familia y la comunidad. Los mayas tenían un sistema de parentesco patrilineal, es decir, que se basaba en la línea del padre. Por lo tanto, los hijos heredaban el apellido, el estatus y los bienes del padre, y no podían casarse con ninguna mujer de la familia paterna. En cambio, podían casarse con las parientes de la madre, o con mujeres de otras familias o linajes.
Los padres solían elegir a las esposas para sus hijos, pues era mal visto que ellos mismos escogieran a su pareja. Para pedir la mano de una doncella, el pretendiente debía visitar varias veces a los padres de ella, y ofrecerles regalos cada vez más valiosos, hasta que estos aceptaban. Entonces, se concertaba la dote y el padre del novio la entregaba al padre de la novia, mientras que la madre del novio hacía los trajes ceremoniales para su nuera y su hijo.
El día de la boda, unos ancianos iban a buscar a la novia y la llevaban en hombros al lugar de la ceremonia, que solía ser la casa del novio. Allí, se realizaba un ritual de intercambio de anillos, collares y mantas, que simbolizaban la unión de los esposos. Después, se celebraba una fiesta con música, baile y comida, y los novios se retiraban a su habitación para consumar el matrimonio.
Matrimonio Maya
El matrimonio maya no era indisoluble, sino que podía disolverse por varias causas, como el adulterio, la esterilidad, la violencia o el abandono. En ese caso, los esposos debían devolver los bienes que habían recibido de sus suegros, y podían volver a casarse con otras personas. Sin embargo, el divorcio no era muy frecuente, pues los mayas valoraban la armonía y la fidelidad en el matrimonio.
Las costumbres del amor maya
Además del matrimonio, los mayas tenían otras formas de expresar y experimentar el amor, tanto en el ámbito público como en el privado. Por ejemplo, los mayas practicaban el cortejo, que consistía en una serie de visitas nocturnas que el hombre hacía a la mujer que le gustaba, con el consentimiento de sus padres. El hombre tocaba una flauta o un tambor para llamar la atención de la mujer, y luego le hablaba con palabras dulces y halagadoras. La mujer podía responderle o ignorarle, según su interés. Si la relación prosperaba, podían llegar a tener encuentros íntimos, siempre con discreción y respeto.
Los mayas también celebraban el amor con fiestas y ceremonias especiales, como el día de los enamorados, que coincidía con el inicio del año nuevo maya. Ese día, los jóvenes solteros se reunían en las plazas y se intercambiaban flores, frutas y dulces, como señales de afecto y simpatía. Los que se gustaban podían bailar juntos y entablar una conversación, con la esperanza de iniciar una relación.
El amor entre los mayas también se expresaba a través del arte y la literatura. Los mayas crearon hermosas esculturas, pinturas y joyas que representaban escenas de amor entre dioses y humanos, o entre parejas reales o legendarias. También compusieron poemas, canciones y cuentos que narraban historias de amor, tanto felices como trágicas, que reflejaban sus sentimientos, emociones y valores.
El amor entre los mayas fue una realidad compleja y diversa, que se manifestó de diferentes formas en el plano divino y en el humano. Los mayas tenían sus propios mitos, ritos y costumbres sobre el amor, que revelan su visión del mundo y su cultura. El amor entre los mayas fue una fuerza vital, que impulsó la creación, la reproducción y la expresión de los mayas.
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